Hace unos años, las cookies empezaron a cobrar protagonismo en el mundo digital como consecuencia de la polémica suscitada por el derecho a la privacidad. Se ha escrito mucho sobre ellas, y parece ser un tema sencillo de entender y asequible para todo el mundo. Sin embargo, tiempo después, parece necesario aclarar varios aspectos acerca de él.
Y es que algunos términos suelen confundirse: como “píxel”, que a menudo se utiliza de forma errónea como sinónimo de cookie. Veamos en qué consiste este concepto con nombre de galleta.
Las cookies son archivos de texto cifrado que contienen información sobre el usuario de un equipo o de un dominio. Son las encargadas de identificar a un usuario cuando éste inicia sesión en una web, y por eso su utilidad en el análisis y en el marketing online es fundamental.
Una cookie es específica de un navegador, de manera que si un usuario accede a internet desde su equipo a través de Firefox, la cookie que queda registrada le facilitará iniciar futuras sesiones desde este mismo navegador, pero no lo hará cuando el mismo usuario lo haga desde Chrome.
Cada equipo almacena las cookies en una carpeta específica, y la información que contienen, al estar encriptada, sólo es accesible desde ese equipo y desde el dominio que las genera. El usuario puede acceder a estos archivos, pero generalmente verá una secuencia de caracteres únicos (“reconocidos” por el dominio) y también son aleatorios. Del mismo modo, también puede borrar las cookies a través del navegador o instalando software para que las elimine periódicamente.
Existen dos tipos de cookies según su duración:
Las cookies también se puede clasificar dependiendo de su origen:
Y aquí tenemos la razón por la que a menudo se confunde “píxel” y “cookie”: al insertar un píxel en un sitio externo, se puede generar una cookie. Es decir, el píxel se utiliza como un instrumento para insertar una third-party cookie.
Otros tipos de cookies más avanzados son:
Las cookies first-party se utilizan generalmente para un sitio web recuerde a su visitante y pueda entregarle una mejor experiencia de usuario mediante la personalización. Por ejemplo, visitas una tienda online y navegas por diferentes fichas de producto, al día siguiente vuelves y en el home aparecen ofertas de los productos que has estado viendo ayer mismo ¡chan!, personalización gracias a las cookies first-party.
Las cookies third-party se utilizan generalmente para integrar herramientas de reportes externas a un sitio web, es decir, para analizar el tráfico o la navegación en varios sites, y suele ser muy útil para la publicidad online. Un ejemplo característico del uso extenso de cookies para la publicidad es el remarketing.
Las cookies ayudan a identificar a los usuarios de internet. Por eso son una herramienta muy valiosa, ya que nos permiten mejorar la experiencia de uso, conocer sus características y comportamiento. Estos datos que nos reportan, son importantísimos para realizar estrategias de marketing enfocadas 100% al target/usuario de nuestro sitio, consiguiendo acercarnos a lo que quieren o necesitan.
Existen leyes sobre el uso de cookies que dicen que es necesario un consentimiento del usuario antes de instalar cookies que permitan recoger datos en su ordenador, sea cual sea el motivo, mejora experiencia de usuario, seguridad, fines comerciales, etc. Por eso, que algunos sitios podemos leer mensajes como “Este sitio web utiliza cookies para mejorar la experiencia de usuario y garantizar su correcto funcionamiento.”
Ahora ya sabes la razón por la que aparecen este tipo de mensajes y puedes decidir con mucha más información, si aceptarlas o no.